La historia ocurre paralelamente en dos frentes, en uno cuenta la historia como Rob Broadhead se transformo en prospector de Pórtico. Pórtico es el asteroide que sirve como base de las naves de una misteriosa civilización, los Heechee, los humanos no tienen ni idea de como funcionan las naves, pero han aprendido a usarlas, y los prospectores son aventureros que se lanzan a las naves con la esperanza de poder encontrar tecnología heechee que los haga millonarios y no morir en el intento. Rob conoce a Klara y ambos tienen un tórrido romance, mientras tratan de perder el miedo a salir en un viaje con destino desconocido. En la otra parte, Rob, ya retirado y con una partida monetaria gracias a sus viajes, es tratado por un psicólogo artificial, una IA, a la que llama Sigfrid, al que Rob cuenta sus problemas y traumas. Y justo cuando se va a terminar el libro las dos tramas se juntan de una forma formidable :).
Es una novela cortica, que a pesar de tener un tempo lento, las cosas suceden relativamente rápido, especialmente hacia el final. Pohl consigue una excelente fascinación de lo desconocido de Pórtico, quizá no con la delicadeza de Clarke en Cita con Rama (son casi de la misma época! 73 vs. 77), pero es claro que lo que hacían, pensaban o la biología de los Heechee es totalmente incógnita. Pero Pohl va más allá que Clarke en un punto: los humanos empiezan a usar las cosas sin preocuparse mucho por como funcionan, mientras funcionen... el problema de Pórtico, es que las naves funcionan de una forma inesperada. Aún así, en ese ambiente completamente alienigena, todo se ha humanizado mucho!
Pohl además no solo se contenta con contar la historia, sino que tiene una forma muy agradable de introducirnos en su mundo, el libro esta lleno de viñeticas con anuncios de Pórtico, reportes de viajes, reglamentaciones, guías turísticas de Pórtico, y dados los diálogos e intereses de los personajes el mundo donde hay una enorme presión social y una terrible falta de oportunidades, apenas mostrándonos un poquito de la sociedad, recordamos inmediatamente las distopias cyber-punk!
Y ya que hablo de cyber-punks, cabe anotar que William Gibson escribió un excelente cuento, Regiones apartadas, que se basa más o menos en los mismos conceptos. Es muy bueno leerlos en conjunto y comparar ambas cosas. Claro Pohl escribe una novela y tiene ventaja en cuanto a los temas tratados, pero las variaciones de Gibson sobre el tema son muy provocativas. Me gustaría leer alguna vez una entrevista de Gibson donde hablara sobre el tema :). Por cierto, Gibson nos muestra que bien podría escribir SF más tradicional ;).
Un clásico de los 70s, que en su año barrio con los premios (Hugo, Nebula, Locus), y no cabe duda que se los merecía!
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