Aunque la bibliofilia la sufren, con mayor o menor gravedad, todos los escritores, sorprende que no se escriban más libros sobre libros, cosa que parecería natural y hasta inevitable. La lista, de todas maneras, puede ser larga y variada en calidades, pero no puede decirse que todos los autores hayan cometido en algún momento ficción bibliófila como sí se puede decir que todos han sucumbido a escribir por lo menos un cuento fantástico.
Gene Wolfe es uno de los autores orgullosamente bibliófilos que han escrito libros sobre otros libros o que incluyen a otros libros. El mejor ejemplo es El libro del Sol Nuevo. En 1985 publicó una pequeña colección titulada Bibliomen donde reunía las vidas imaginarias de diferentes personajes y sus relaciones con los libros. En ese aspecto se puede comparar con La biblioteca de Zoran Zivkovic; cierro comparación.
Después de un prólogo que tal vez sea la pieza más bella vienen las biografías de los “Veintidós personajes en busca de un libro”, como señala el subtítulo, y para este momento Wolfe ya ha desplegado algunas de sus trampas: tal vez debería decir veintitrés e incluir de plano al lector que trata de encontrar el libro que subtítulo y prólogo prometen en direcciones diferentes, pues lo de “en busca de un libro” puede tomarse tanto en el sentido de en busca de la obra que se quiere escribir, o la que se quiere leer, o el volumen apócrifo, o la historia de la cual se es parte, etc., mientras que en el prólogo se nos da a entender que se trata de historias sobre lectores, pues son (dice Wolfe) más fascinantes que cualquier libro.
Los textos son breves, a veces de una página; el más largo de nueve. La mayoría comienza con la fórmula biográfica de fecha y lugar de nacimiento, pero adopta luego otras formas, de acuerdo a la necesidad (en alguna entrevista, cuyo origen no recuerdo, Wolfe dijo que no escribía en ningún estilo particular sino que usaba el que la historia le exigía). Muchos son simples viñetas, otros son cuentos en un sentido más tradicional. Junto con los sospechosos de siempre, es decir, lectores, escritores, editores, personajes, coleccionistas, encontramos una caricatura dominical, un autor de graffitis, una locutora accidental, un fotógrafo tratando de revelar una foto imposible, un sabio ermitaño queriendo legar su sabiduría, una monja que colecciona recetas, y otros. Finalmente, la idea de libro se deshace y el título mismo se vuelve una incertidumbre: no se trata sólo del juego metaficcional postborgesiano de libros dentro de libros sino de las relaciones posibles con las palabras o, incluso, las imágenes. Pareciera que, para Wolfe, palabra, imagen y libro fueran de algún modo sinónimos y sus “bibliomen” pasaran a ser “logomen”. El resultado es acertado en tanto no reduce los vínculos al círculo previsible de iniciados intelectuales sino que abre las opciones a toda clase de personas y personajes. A fin de cuentas toda ficción es, de cierta manera, metaficción, y aun los personajes de la colección que no parecieran tener relación ninguna con los libros tienen la menos obvia por más obvia: la de ser personajes en uno.
El tono es juguetón, mezclado con la gravedad felizmente pedante de Wolfe. Por ejemplo, el final de la historia de un personaje nacido en 1899: "Al haber ganado la inmortalidad literaria, Glaskin no puede morir. Actualmente vive en Kent, bajo el nombre de Sanders, en donde cría abejas y viceversa". Refresca leer a ciertos autores en su faceta humorística, sobre todo si son autores que uno encasilla (por algún reflejo) como muy serios; es posible releer y reinterpretar así sus otras obras teniendo en mente que suelen sonreír de medio lado.
Una lectura muy agradable y ligera, y un libro para los fanáticos de Wolfe o de las metaficciones. Si de los dos, mucho mejor. Sin embargo, un pero: las ilustraciones de Ian Miller son bastante decepcionantes.
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4 comentarios:
"El tono es juguetón, mezclado con la gravedad felizmente pedante de Wolfe"
JAJJA xD.. que buena descripción de Gene ;)... Por cierto, como le va a las mujeres en este libro?
mejor que en general. la extensión de los cuentos no le da mucho tiempo para ser misógino.
eso sí, nunca se acerque a una novela corta llamada "the ziggurat". me hizo dejar de leerlo como por un año y cuando lo volví a hacer fue después de pensarlo mucho.
Hola, imagino que el libro debe ser en inglés, no debe haber traducción.
Si la hubiera puedes decirme dónde.
Muchas gracias.
Desde Catalunya
las ediciones en español de la obra de Wolfe se han enfocado sobre todo en las novelas y, hasta donde sé, sólo hay una colección de cuentos traducida. Bibliomen es un libro "menor" dentro de su obra, e incluso en inglés sólo hay una edición, por eso no creo que lo lleguemos a ver en español, a menos que Wolfe se gane el Nobel o algo por el estilo, cosa que, como buen fanático de la CF, dudo mucho.
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