lunes, 12 de enero de 2009

Den Brysomme Mannen (2006) - Dir. Jens Lien

Con los zombies tan de moda me puse a barajar una idea sobre una plaga que mata a la gente sin que se de cuenta, con la posibilidad de estar muerto o rodeado de muertos y no saberlo. La vida en general continúa. Supongo que estaba pensando en el trabajo en mi oficina o en mis clases de las tardes.

Entonces me acordé de la película noruega Den Brysomme Mannen (2006), que Cinemax quiso traducir como El hombre inconforme (quienes ejerzan el noruego en el mundo exterior pueden darme una mano con esto), y entendí que no era necesario contar otra vez la historia. En general no hay ni enfermedad ni zombies, pero viene siendo lo mismo. La primera escena pasa de corriente a memorable en cuestión de nada: un hombre espera en el andén a que llegue el metro mientras no muy lejos una pareja se besa; de pronto sopla el viento, el tren se acerca y se oye el pito. El hombre salta a la vía. Pero lo memorable de la escena no es eso. Lo memorable es que nos inquieta más el beso.

Con esa forma del desconcierto juega la película. Un resumen sencillo sería que, después de la escena inicial, el hombre llega a una ciudad de luces perfectas y ortogonales y colores poco comprometidos, donde tiene un trabajo, una casa, una esposa, amigos y, después de un tiempo, una amante, todo con la inercia justa y la misma asepsia domesticada de las melodías prefabricadas que se escuchan en las salas de espera o los centros comerciales. Puede parecer entonces un retrato de esa vida monótona (en el sentido auditivo y el cromático) de los países nórdicos con que nos consolamos tropicalmente por no vernos tan desesperados por más que lleguemos a sentirnos así, pero a lo largo de la historia intervienen pequeños elementos de sorpresa que la convierten en otra cosa: la llegada misteriosa del protagonista a la ciudad (un bus del cual es el único pasajero, que llega a una estación en medio de un yermo donde espera un solo hombre con un letrero de BIENVENIDO), un suicida en la calle junto al que todos pasan indiferentes, dedos cortados totalmente que se curan de un día para otro, conversaciones desesperadas que no producen reacción alguna o un sótano apenas iluminado de donde sale música y que tal vez es un paso a otro mundo.

Sea especulación desapasionada (y desinteresada) sobre la vida después de la muerte, distopía donde el Gran Hermano resulta obsoleto porque todos se someten por voluntad propia al poder que él representa, thriller sobre el último sobreviviente atrapado en un mundo que obedece a otras leyes, es una película muy recomendable.

Calificación: Cuatro bombillos.

1 comentario:

Gaby Núñez dijo...

wooow quien sos, de donde viene tu existencia.. cortazar la peli, la descripcion, el gran hermano, bien que bien..