Nota sobre la pronunciación: La palabra avatar, del sánscrito avatâra, se acentúa en la última sílaba, es decir, es aguda. Por tanto, léase ava-TAR y no Á-vatar.
Uno de los problemas de los clichés es que se convierten en una justificación en sí mismos, lo que les permite funcionar de acuerdo con cierta clase de lógica a la que podríamos llamar "del por supuesto" que, por supuesto, no es lógica de ninguna clase. A manera de ejemplo, en la película Avatar el protagonista, Jake Sully es, por supuesto, el elegido; la protagonista, Neytiri, es, por supuesto, una princesa que, por supuesto, está comprometida con el mejor guerrero de su clan; Jake Sully y Neytiri se conocen por accidente pero, por supuesto, se enamoran; él, por supuesto, le rompe el corazón y es expulsado del pueblo que ya lo había recibido como a uno de los suyos pero, finalmente (y por supuesto), los salva del mal (que, por supuesto, es malo, malísimo) haciendo algo que nadie, por supuesto, había hecho más que en leyendas, para que el final sea, por supuesto, feliz.
Como se ve no existe, en rigor, ninguna lógica que lleve de un punto a otro, pero una larga tradición del lugar común autoriza a que esta clase de historias se compongan y se cuenten. Sin embargo, en el caso de Avatar es justo intentar una defensa.
Por ejemplo, una historia contada a través de lugares comunes no es menos historia. Puede que sea menos interesante o más aburrida, pero la narración tiene sus propias leyes y la capacidad de hacer que una historia funcione de cualquier manera, a pesar de muchos otros peros. El placer que pueda producir se encuentra o bien en el reconocimiento de su propio carácter repetitivo (puede pasar) o bien en los detalles secundarios con que se puede, entre comillas, ignorar a la estructura mayor, que en este punto cumple apenas la función de soporte narrativo, a la vez que disfrutar de pequeñas diferencias, como por ejemplo que la princesa no duerme sobre un guisante sino dentro de una vaina.
Avatar es posiblemente la mejor película de Disney hecha por fuera de Disney, y eso debería ser todo lo que necesitamos saber en esta vida (se percibe, como mínimo, la presencia de Pocahontas, El rey león y Atlantis). Disney no ha sido precisamente el punto más alto alcanzado por la corrección política (apenas este año sale la primera de sus películas con una princesa negra) y Avatar sigue con orgullo esos pasos, tema que sale a relucir en prácticamente cualquier otra reseña y que, por tanto, voy a evitar. Lo que también ofrece, cosa que me parece su mayor mérito (y no niego que muchos podrían argumentar con justicia que el único), es su eficacia para transmitir una gran sensación de asombro (sense of wonder) que, por lo menos yo, no había visto ni sentido en el cine desde hace mucho. Ya que la nostalgia ha salido a relucir últimamente diré que ver Avatar por primera vez (no sé si pueda sostener todo esto después de una segunda) me produjo una emoción equivalente a la de ver La guerra de las galaxias por primera vez hace ya más de veinte años, emoción que, al fin de cuentas ha sido mi razón principal para leer ciencia ficción.
Arriesgando una interpretación, no me parece desacertado decir de Avatar que es una metáfora de la ciencia ficción misma: una especie de estado alterado de la conciencia que se abre hacia la sensación de asombro; aunque incurriendo, de paso y tristemente, en los mismos errores de ese grupo de lectores del género que se llaman fanáticos, como simplificar el mundo en bandos y esencializar sus correspondientes motivaciones, de manera que el lector de CF sólo pueda ser incomprendidamente noble mientras que quienes se queden atrás y no crucen al otro lado sólo puedan ser intolerablemente villanos.
Calificación: Cuatro montañas flotantes.
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5 comentarios:
Mmmm... a mi se me hizo apenas pasable, creo que le daría entre 2 y 1/2 a 3 de 5 porque pues alcanza a ser entretenida... pero la historia es... :-S... incluso en las cosas donde todo el mundo dice que es fuerte como la creación del mundo o la cultura de los navi, me parecieron muy flojas :P...
la historia es lo menos interesante... en su blog, John Crowley decía que con seguridad era así intencionalmente para que no le robara la atención a los efectos, que a fin de cuentas son la razón por la que Cameron esperó todos los años que esperó y por la que la película se promociona.
a mí la creación de mundo y la cultura me parecen apenas suficientes para el descreste, que fue finalmente lo que terminé calificando. no soy un lector muy hard de cf y me descresto más bien fácil :P
Jejeje... quizá yo sea muy mundano xD, debo admitir que a mi me descrestaron más los cortos (hace como un año, la pelí no llego o estuvo muy poco tiempo en cartelera) del documental de "Planeta viviente" (o como se llamara, el de BBC)... Depronto un ambiente artificial me habría enajenado más ;)...
Ahora espero a ver como sale John Carter... ;)
con John Carter estoy muy nervioso porque creo que Pixar nos tiene como malacostumbrados. siempre que sacan una película digo: con esta sí la van a embarrar, y finalmente, aunque no me gusten mucho (como me pasó con Ratatouille), terminan salvándola.
Ver mi comentario en www.halsivon.wordpress.com acerca de este adefesio mediático
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