jueves, 29 de enero de 2009

En palabras de otros - Robert Sheckley

Hoy en día, la ciencia ficción no comparte un escenario común como lo hacía en los 30, los 40, e incluso a principios de los 50. En ese entonces existían ciertos supuestos sobre el escenario con los que era posible trabajar. Creo que los autores comenzaron a tener problemas con el escenario en el momento en que ya no fue posible poner a los personajes en los planetas de nuestro sistema solar. Una vez dejó de ser posible explorar el "verde infierno de Venus" algo se esfumó, porque entonces fue necesario ir a un sistema solar nuevo para empezar de cero, e inventar un planeta nuevo, desperdiciando un poco de espacio cerebral en saber cómo era ese planeta, sus características especiales, la forma de llegar hasta él y todo eso. Y la gente detesta gastar toda esa imaginación en un solo cuento. Cuando un escenario toma tanta energía creativa, y cuando es desconocido para el lector, lo que ocurre es que las acciones en el primer plano sufren por falta de atención. Muchos de mis primeros cuentos consistían en acciones en el primer plano con escenarios prestados, levemente definidos: Tierras del futuro, por ejemplo, sobre las que otros autores ya habían escrito. Pero las cosas eran mucho más sencillas en esa época; era posible presentar una Tierra del futuro proyectada sólo desde el supuesto de un aumento en la población. Actualmente, crear una Tierra futura es una proeza bastante más grande; hay que agregar combustibles, energía, efecto invernadero, radiación, todo eso. Hoy ni siquiera sabría de dónde tomar prestado un escenario. Alguna vez recurrí a las especulaciones que hacían otros autores sobre las cosas; ahora todos se hacen cargo de sus propios asuntos... por lo general, de una manera pobre. Y cuando alguien invierte de verdad toda su energía mental e inventa un mundo nuevo, no suele estar muy ansioso por deshacerse de él. Escribe una novela tras otra en las que explore todos los aspectos de su criatura y no se molesta en escribir cuentos. Y no lo culpo, pero en mi caso no es cosa que de pie a una buena situación ficcional. ¿Ficción sobre qué? ¿De qué habla la ciencia ficción que se escribe hoy?
—Robert Sheckley, entrevistado por Charles Platt en Dream Makers: The Uncommon People Who Write Science Fiction (1980)

miércoles, 14 de enero de 2009

Lista preliminar de los premios Nebula 2008

Novelas:
Abraham, Daniel: A Betrayal in Winter (Tor, Jul07)
Barzak, Chris: One for Sorrow (Bantam, Sep07)
Bull, Emma: Territory (Tor, Jul07)
Doctorow, Cory: Little Brother (Tor, Apr08)
Goonan, Kathleen Ann: In War Times (Tor, May07)
Le Guin, Ursula K.: Powers (Harcourt, Sep07)
McDevitt, Jack: Cauldron (Ace, Nov07)
McDonald, Ian: Brasyl (Pyr, May07)
Pratchett, Terry: Making Money (Harper, Sep07)
Rothfuss, Patrick: The Name of the Wind (DAW, Apr07)

Novelas cortas:
Asaro, Catherine: «The Spacetime Pool» (Analog, Mar08)
Benford, Gregory: «Dark Heaven» (Alien Crimes, SFBC, Jan07?)
Eskridge, Kelley: «Dangerous Space» (Dangerous Space, Aqueduct Press, Jun07)
Finlay, Charles Coleman: «The Political Prisoner» (F&SF, Aug08)

Noveletas:
Bowes, Richard: «If Angels Fight» (F&SF, Feb08)
Flynn, Michael F. : «Quaestiones Super Caelo et Mundo» (Analog, Aug07 (Jul/Aug07 issue))
Gardner, James Alan: «The Ray-Gun: A Love Story» (Asimov's, Feb08)
Goldstein, Lisa: «Dark Rooms» (Asimov's, Nov07 (Oct/Nov 07 issue))
Kessel, John: «Pride and Prometheus» (F&SF, Jan08) [se puede encontrar aquí, pero hay que buscarla dentro de la maraña]
Kosmatka, Ted: «The Prophet of Flores» (Asimov's, Sep07)
Moles, David: «Finisterra» (F&SF, Dec07)
Sinisalo, Johanna: «Baby Doll» (The SFWA European Hall of Fame, Tor, Jun07) [el primer cuento en esta antología]
Wentworth, K.D.: «Kaleidoscope» (F&SF, May07)

Cuentos:
Allen, Mike: «The Button Bin» (Helix: A Speculative Fiction Quarterly, Oct07)
Cassutt, Michael: «Skull Valley» (Asimov's, Nov07 (Oct/Nov 07 issue))
Finch, Sheila: «Stranger Than Imagination Can» (The Guild of Xenolinguists, Golden
Gryphon Press, Sep07)
Ford, Jeffrey: «The Dreaming Wind» (Coyote Road, Trickster Tales, Viking Juvenile, Jul07)
Henderson, Samantha: «Bottles» (Realms of Fantasy, Apr07)
Hobson, M. K.: «The Hotel Astarte» (Realms of Fantasy, Jun07)
Johnson, Kij: «26 Monkeys, Also the Abyss» (Asimov's, Jul08)
Jones, Gwyneth: «The Tomb Wife» (F&SF, Aug07)
Kelly, James Patrick: «Don't Stop» (Asimov's, Jun07)
Nestvold, Ruth: Mars: «A Traveler's Guide» (F&SF, Jan08)
Plante, Brian: «The Astronaut» (Analog, May07)
Rickert, Mary: «Holiday» (Subterranean #7, Sep07)
Scholes, Ken: «Summer in Paris, Light From the Sky» (Clarkesworld Magazine, Nov07)
Van Pelt, James: «How Music Begins» (Asimov's, Sep07)

Guiones:
Stanton, Andrew: WALL-E (Pixar, Jun08)

No entiendo la nominación del cuento de Jeffrey Ford, que pertenece al mismo libro que "The Evolution of Trickster Stories..." de Kij Johnson, nominada el año pasado.
Y ¿sólo Wall-E? ¿Dónde están The Dark Knight o Blindness o las otras que no recuerdo pero que por el año pasaron?

lunes, 12 de enero de 2009

Den Brysomme Mannen (2006) - Dir. Jens Lien

Con los zombies tan de moda me puse a barajar una idea sobre una plaga que mata a la gente sin que se de cuenta, con la posibilidad de estar muerto o rodeado de muertos y no saberlo. La vida en general continúa. Supongo que estaba pensando en el trabajo en mi oficina o en mis clases de las tardes.

Entonces me acordé de la película noruega Den Brysomme Mannen (2006), que Cinemax quiso traducir como El hombre inconforme (quienes ejerzan el noruego en el mundo exterior pueden darme una mano con esto), y entendí que no era necesario contar otra vez la historia. En general no hay ni enfermedad ni zombies, pero viene siendo lo mismo. La primera escena pasa de corriente a memorable en cuestión de nada: un hombre espera en el andén a que llegue el metro mientras no muy lejos una pareja se besa; de pronto sopla el viento, el tren se acerca y se oye el pito. El hombre salta a la vía. Pero lo memorable de la escena no es eso. Lo memorable es que nos inquieta más el beso.

Con esa forma del desconcierto juega la película. Un resumen sencillo sería que, después de la escena inicial, el hombre llega a una ciudad de luces perfectas y ortogonales y colores poco comprometidos, donde tiene un trabajo, una casa, una esposa, amigos y, después de un tiempo, una amante, todo con la inercia justa y la misma asepsia domesticada de las melodías prefabricadas que se escuchan en las salas de espera o los centros comerciales. Puede parecer entonces un retrato de esa vida monótona (en el sentido auditivo y el cromático) de los países nórdicos con que nos consolamos tropicalmente por no vernos tan desesperados por más que lleguemos a sentirnos así, pero a lo largo de la historia intervienen pequeños elementos de sorpresa que la convierten en otra cosa: la llegada misteriosa del protagonista a la ciudad (un bus del cual es el único pasajero, que llega a una estación en medio de un yermo donde espera un solo hombre con un letrero de BIENVENIDO), un suicida en la calle junto al que todos pasan indiferentes, dedos cortados totalmente que se curan de un día para otro, conversaciones desesperadas que no producen reacción alguna o un sótano apenas iluminado de donde sale música y que tal vez es un paso a otro mundo.

Sea especulación desapasionada (y desinteresada) sobre la vida después de la muerte, distopía donde el Gran Hermano resulta obsoleto porque todos se someten por voluntad propia al poder que él representa, thriller sobre el último sobreviviente atrapado en un mundo que obedece a otras leyes, es una película muy recomendable.

Calificación: Cuatro bombillos.