
Querido David Fincher: aunque aparentar ser Danny Boyle es más interesante que querer ser Zemeckis o Ron Howard, sigo sin saber en qué momento o por qué te perdimos (bueno, La habitación del pánico deprimiría a cualquiera que la hubiera dirigido, así fuera el mismísimo rey de la desvergüenza, George Lucas).
Lo que no acabo de entender del todo es qué necesidad (o pertinencia) hay de reseñar esta película en páginas de ciencia ficción (no me extrañaría verla incluso nominada para los Hugo del año entrante).
Calificación: tres millones y medio (de amigos, de enemigos o de dólares).